El fin de semana del 27 y 28 de octubre, todo el claustro del centro hicimos una pausa en nuestras tareas y obligaciones familiares, y nos marchamos a la preciosa casa que las hermanas tienen en Almería.
¿Para qué irse de convivencia?, con todo lo que tengo que hacer…, con lo que trabajo de lunes a viernes....… alguno de estos pensamientos podrían habernos llegado a la cabeza, de no tener claro lo siguiente: nuestro colegio es una GRAN FAMILIA, y para que lo siga siendo, el profesorado debe serlo.
Por ello, nos parece fundamental COMPARTIR.
Compartir tiempo, experiencias, oración, risas, reflexiones… y en definitiva darnos primero nosotros mismos. Conociéndonos más, rozándonos, formándonos como educadores y aprendiendo unos de otros, es como podremos ofrecer a vuestros hijos y a vosotros, lo mejor como maestros y como personas.
Además, tuvimos ocasión de reencontrarnos con nuestra querida hermana Yolanda, que fue profesora de nuestro cole hasta este curso, y de conocer un poco más al resto de hermanas que en esta casa viven. También echamos de menos a Óscar , nuestro querido compañero que empieza una nueva etapa. Con ellas oramos y celebramos la eucaristía. Otra forma de compartir, qué cosa mejor que la Palabra, y la mesa de la Eucaristía.
Agobiados por el ritmo frenético de la rutina, no estamos acostumbrados a detenernos y recapacitar sobre nuestra responsabilidad como maestros, y vosotros, como padres.
Estamos muy agradecidos a las hermanas que siempre nos cuidan y acogen como lo que somos, parte de esta gran familia. Familia a la que vosotros, padres y alumnos, también pertenecéis.